Mujer, adulta mayor, de pie y descalza frente a colchonetas en el piso. Quienes no vivían en tiendas de campaña, lo hacían en salones de clase.

Mujer, adulta mayor, de pie y descalza frente a colchonetas en el piso. Quienes no vivían en tiendas de campaña, lo hacían en salones de clase. Armero, Guayabal (Tolima) (1985-1986). Foto de Betty Elder del Fondo Betty Elder de la Biblioteca Nacional de Colombia.

Armero

Autor: Gabriela Arciniegas

Este poema, que guarda la memoria de la ciudad y sus habitantes, hace parte del libro Armero, volver al mapa de la editorial MiCASa.

A Soledad Santa, a Omayra y a los 8000 durmientes

 

Yo te llamo, Soledad
bella estatua de lava, de barro y de llanto
escondida bajo diez metros de río inexistente
tráeme a Omayra, la niña de ojos de enigma
que una mañana fue llamada a sentarse
en un pupitre de escombros
rodeada de niños mudos
entre las lágrimas hondas de la montaña
ven con los dedos arrugados
con el aliento quemado por una madrugada que se derramaba
leche roja
oro derretido
por la teta febril
de la tierra
vengan montadas sobre los caballos
que brotan de la tierra entre las nieblas nocturnas
urdidos lentamente por el canto de los grillos
para pastar una hierba que ya no acaricia el viento
traigan a la muñeca que no despertó del sueño
vengan con los 8000 durmientes
acallen los gemidos de los mutilados
habitantes de esta Pompeya
de esa ciudad sarcófaga
salgan del vientre de la bestia
salgan del gran caldero 

Estoy esperando
que un día
como dijo el sabio
el fuego las devuelva
con ojos recién nacidos
mirada antigua
y boca hechicera
como en los cuentos de los abuelos
pero no salen
sino por entre mis lágrimas ardientes.

 

Encuentra aquí el libro completo de MiCASa: Armero, volver al mapa.

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