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Un quiebre en la grieta del mundo

Un libro necesario para encarar los días del presente. No nos van a matar ahora de Jota Mombaça es una publicación compuesta de textos visionarios, desobedientes y lúcidos que no solo tienden un puente entre Brasil y Colombia, sino que desafían todo orden hegemónico e imaginan nuevas formas de pararse en el mundo.
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Jota Mombaça. Foto de Jhony Aguiar. Tomada de: Something Curated.

Un quiebre en la grieta del mundo

Un libro necesario para encarar los días del presente. No nos van a matar ahora de Jota Mombaça es una publicación compuesta de textos visionarios, desobedientes y lúcidos que no solo tienden un puente entre Brasil y Colombia, sino que desafían todo orden hegemónico e imaginan nuevas formas de pararse en el mundo.

En medio de esta temporada de fascismos, cuando vemos repetirse relatos que ya resultan anacrónicos (hombres que posan de duros y saludan con el brazo estirado en alto, hombres que exponen y venden cruelmente a quienes los siguen, hombres que se precian de ser originales y diferentes a sus antagonistas, pero que al final son los mismos, amantes de las guerras y el exterminio) es reconfortante encontrar un libro que habita en la incertidumbre y en la indefinición, que reconoce la contradicción —ese rasgo humano que preferimos ignorar tan a menudo— y se hace cargo de ella.  

Incertidumbre, indefinición, contradicción. Precisamente la antítesis del proyecto hegemónico que nos resulta muy difícil examinar porque nos envuelve como el epitelio, o que examinamos con ojos de expertos a través de unos lentes teóricos gastados y redundantes. No nos van a matar ahora de Jota Mombaça, publicado por la editorial Cajón de Sastre está compuesto por una serie de textos independientes, cerrados en sí mismos y confeccionados en diferentes épocas, pero no por ello desconectados. Es un libro de artista verdadero: complejo, inclasificable, atrevido y rotundo.  

Mombaça es una artista interdisciplinaria nacida en Natal, Brasil. «En sus trabajos se cruzan la poesía, la teoría crítica y el performance», dice su biografía. Sin embargo, habría que ir más lejos: Mombaça practica un activismo existencial, desafía todo orden hegemónico y se conecta, fuera de las relaciones sociales, profesionales, económicas o políticas, con una posición que siempre está más allá de lo individual, definida como «una presencia que escapa al propio gesto de aprehensión […] una fuerza que no es ni el sujeto ni el mundo, sino que atraviesa todo».  

Ante todo es una pensadora cuyo proyecto se sitúa «en los márgenes del Gran nosotros universal» y aboga por una «huelga ontológica».  

A estas alturas del comentario no faltará quien diga que estamos ante un libro difícil, una autora inalcanzable y unos temas gaseosos. «Huelga ontológica», «Gran nosotros universal», «Fuga», «Ficción especulativa», «Quiebre», «Política de afinidades», «Grieta del mundo» … Los términos empleados por Mombaça se acercan a la poesía, dan saltos acompasados sobre la filosofía y se adentran por callejones peligrosos en los que se asesina el cuerpo negro, disidente y sin género. Son términos que obligan al lector a levantar la vista, buscar fuera de la ventana un referente familiar, tomar notas que inevitablemente reproducen el texto una y otra vez. Sin embargo, no es posible transferir la experiencia de lectura porque recuerda a la euforia despertada al comprender un ejercicio matemático. Ese misterio inexplicable mediante el que se resuelve el mundo y se obtiene una respuesta válida es experimentado en el interior, enciende algo muy parecido a la alegría y al tratar de ponerlo en palabras nos encontramos desprotegidos y vulnerables, al borde de la imposibilidad.   

«El quiebre sería lo que no se define porque no cabe en sí, porque cuando se rompe el cristal de una ventana, los fragmentos se dispersan lejos y sin ningún orden plausible. Tomando como ejemplo esta imagen, finalmente me aproximo a una posible definición: lo que aquí llamo quiebre no son los fragmentos, sino el movimiento abrupto, errático y desordenado del rompimiento». 

¿Cómo explicarlo? ¿Cómo hacerse cargo de una herida desconocida? ¿Cómo entablar un diálogo sobre una materia que no percibimos porque nos contiene desde tan cerca que la distancia focal necesaria para examinarla desaparece? He aquí uno de los méritos de No nos van a matar ahora: encara al Gran nosotros universal / humano / blanco / cisgénero / heteronormativo, despliega una voz límpida de temible lucidez e impone un quiebre en la «Grieta del mundo» valiéndose de múltiples registros: la voz poética, el ensayo analítico, la intimidad del epistolario, la ficción especulativa, el grito callejero, la crítica epistemológica, la heteronimia, la voz de la amistad. Contiene, además, y, por si fuera poco, el registro entre líneas de una historia de vida: un cuerpo que se resiste a la normatividad.  

Al ser indagada por algunas de las razones que la llevaron a escribir estos textos, la autora respondió que quería levantar «una barricada contra el tiempo lineal, abrir un intervalo». La lectura del libro indica que las piezas que lo componen se han confeccionado en diferentes momentos y fueron ensambladas siguiendo un orden regresivo. Los capítulos están numerados desde el 1, pasando por el 0, hasta el -9. Los textos reverberan, y en esa voz lúcida que habita la indefinición de una cantidad de preguntas que no tienen respuesta encontramos un lugar que trasciende y supera al tiempo, convirtiéndose en muchas cosas que danzan al unísono: el libro es una antología. Es una traducción. Es «un ensayo construido en torno a preguntas para las cuales no hay respuesta». Es una colección de cartas. Es conjuro contra la norma establecida. Es un llamado, una invocación y un mantra. Es un manifiesto. Es una carrera contra el tiempo. Es una cuenta regresiva que se reinicia en cada nueva página. Tal vez allí descanse buena parte de la fuerza y la potencia de esta obra: su autora persigue el pensamiento, que, ya lo sabemos, tiene alas, y en el siglo XXI vuela impulsado por aceleradores de partículas, seguido muy de cerca por la inteligencia artificial.  

No es lectura para el divertimiento. Es alimento para el desconcierto y semilla destructora de creación. En ese sentido, nada mejor que el ensayo y el error y la aceptación de la incertidumbre: 

«Aunque pueda dibujar el marco desde donde parte como movimiento fugitivo de la masculinidad compulsiva como proyecto arbitrario de inscripción del fundamentalismo cisgénero sobre mi cuerpo y, más adelante, del proyecto moderno-colonial-racial de lo humano sigo sin conocer las coordenadas a dónde me llevará esto, y así voy, de tropiezo en tropiezo, abriendo la textura de mi voz al balbuceo como política de enunciación».  

Antaño se intentaron revoluciones por vía del alzamiento armado y la violencia física que hemos visto devoradas por el veloz paso de las décadas. El último de los yugos nunca ha dejado de ser mental. La autora de este libro consigue destruir para crear, al menos, un nuevo horizonte de trabajo, algo más que necesario para un tiempo apocalíptico en el que las viejas consignas y actitudes y formatos han perdido su peso y veracidad. Mombaça lo sabe y por eso se dirige hacia y desde la raíz del pensamiento y propone ideas que responden muy rápidamente a los acontecimientos del presente. Aún aferrados a las prácticas de dominio, colonización y violencia, los mal llamados líderes actuales se ofrecen como muñecos rellenos de una paja enmohecida y maloliente. Para ellos, Mombaça lanza congruentes balbuceos que no aspiran a edificar nada e insisten en imaginar nuevas maneras de estar en el mundo.  

no nos van a matar ahora
Portada de No nos van a matar ahora.

EDITORIAL: Cajón de Sastre 

TEMA: Pensamiento radical, pensamento disidente, arte, teoría, política.  

AUTOR:Jota Mombaça 

EDITORES: Catalina Vargas Tovar 

TRADUCTOR:Juan Camilo Perdomo

PRESENTACIÓN: Luisa Ungar

ISBN:978 628 01 3074 3 

EDICIÓN: 1ª 

ENCUADERNACIÓN: Rústica cosida 

FORMATO:17 x 22,5 cm 

PÁGINAS: 184 

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