Cultura popular
Charles Stone III describió su cortometraje True como una conversación telefónica entre dos amigos que no están diciendo nada, diciéndolo todo. Esta reflexión sobre la comunicación y la celebración de la amistad se transformó en el famoso comercial de Budweiser galardonado, en el 2000, con el Grand Prix en el Festival Internacional de Creatividad Cannes Lions.
Centro de ayuda
Cómo enviar mensajes de voz
Los mensajes de voz de WhatsApp te permiten comunicarte instantáneamente con tus contactos y grupos. Puedes usarlos para enviar información importante y urgente. Todos los mensajes de voz se descargan de forma automática.
Abre un chat individual o grupal.
Mantén presionado el icono del micrófono y comienza a hablar.
Suelta el micrófono para enviar el mensaje.
(El énfasis es mío).
Una «conversación real»
Ella, en audio:
Hola mi amiga hermosa cómo estás hoy fuimos [ruido] por primera vez a a a ver a los niños aquí en Chaparral están hermosos te voy a mandar una fotico e eeee qué emoción que qué cosa más espectacular mmm qué cositas te voy a mandar foticos mmm oye eee para la cita del lunes no alcanzo yo creo que no alcanzo porque mi vuelo es el domingo a medianoche el 27 a media noche entonces yo creo que estaré estaré medio aterrizando a esa hora e eee e quizá el martes sea posible ¿puedes el martes? qué opinas del martes o el miércoles temprano ¿bien tempranito? estoy casi segura de que [sonsonete lejano] ay espera que va pasando el de los tamales
Ella, en audio:
Perdón es que mira entonces el miércoles ¿a las 9? porque el lunes sí que no alcanzo y bueno ahora me voy a comer y sigo con más impulso ahorita a leer lo que me mandaste después de comer creo que voy a seguir en la tarde bueno me cuentas amiga bella besitos voy a echarme una siestica porque el calor está teeenaz ¿allá también? jejejejejeje, chau
Ella, en audio:
Ah se me olvidaba decirte que Marcela creo que ella sí puede el miércoles entonces quedamos el miércoles a las 9, ¿te parece? voy a confirmar con ella ya mismo igual cualquier cosa nos estamos comunicando besitos
Ella, en audio:
Acabo de hablar con Marce y ya me confirmó quedamos así besos
Ella, en audio, después de enviar cuatro fotos:
¿Mira a los bebés, no están divis?
Yo, en texto:
Están bellos esos niños. Listo, miércoles a las 9:00 a.m.
Ella, en audio:
Sí están divinos bueno amiga voy a almorzar quedamos así
Mayúsculas
El uso de mayúsculas sostenidas, dicen, equivale a gritar.
Estado: NO AUDIOS SOLO TEXTO.
Diatriba
«Antes del tercer llamado, aún con el telón bajo y encendidas
las luces de la sala, se oye en el fondo del escenario el estropicio de una vajilla que está siendo despedazada contra el suelo».
Diatriba de amor contra un hombre sentado — GGM
A mí no me vengas con el cuento de la espontaneidad y la expresividad. ¿Cuál cercanía? Papi, no quiero un diálogo cotidiano si mi cotidianeidad física no cuenta con tu presencia. Ay, qué cansancio, te digo que no me interesa la oralidad digital sin un cuerpo. Es una conexión afectiva de juguete, de mentiras. Quítale más tiempo al tiempo y veremos hologramas por todas partes porque si no es suficiente la letra escrita para expresar emociones, tampoco lo será la voz grabada, porque la voz necesita la disposición, la actitud, la mirada de un cuerpo. No, el espacio telefónico es otra cosa, es un campo de participación auditiva, por ahí va y viene un caudal de electrones. Viene y va. Papi, atento, atento aquí, que te estoy hablando de la voz gra-ba-da. Deja la ansiedad, no seas impulsivo, dímelo a la cara, pon el cuerpo cuando me veas. Contéstame, ¿qué tienen de claridad esas retahílas que me mandas? No me importa si vas caminando por la calle o si estás manejando. Llega a donde tienes que llegar y escribe. En serio, qué nostalgia las mesitas de teléfono y su sillín lateral; sentarse a hablar. Si la llamada era para otra persona decíamos, ¿quiere dejarle algún mensaje?, y allí estaba una libretita y un esfero. Que no, en un mensaje de voz no hay dos hablantes, solo tú. Yo calladita me veo más bonita. Con tu mensaje de voz ejerces el poder. No, no es una exageración. Dizque no tienes tiempo para escribir. Ya no es el síndrome de la mano anárquica ni del túnel carpiano, es el síndrome de la mano cansada, ¿es eso? Aprende a sintetizar. La verborrea me la envuelves para cuando nos veamos, si es que nos vemos porque, ¡para qué nos vamos a ver si ya me lo contaste todo! Dame una pausa, un respiro. ¿Por qué no te callas?, le dijo el rey de España a Chávez, ¿no? De acuerdo, son las maneras coloniales. Mejor lo dijo Publilius Syrus: «Debes callar, salvo que tus palabras valgan más que el silencio». En serio, si la función de mensajes de audio no tiene límite de tiempo no es para que me descargues todas sus tribulaciones. Mándale el pódcast a tu psicoanalista. Es que las personas ya hablan sin esperar respuesta. Todo tan absurdo que hasta el reproductor tiene velocidades. ¡Velocidades! Ahora hasta dicen: «holaescúchame ×2blablabla». ¿Quién gana tiempo, quién lo pierde?
Una amiga me dijo que ella manda audios cuando está ocupada con otro asunto, ¡ah! Si su atención está ocupada, desocúpese, mija, antes que nada. Desfragméntese. No se crea el cuento neoliberal de que somos unas pulpas multitareas. Esa misma amiga tiene porta celular colgante; un cordón rojo que usa terciado, como una mochila. Qué tal la obscenidad, y me dice que es para que no se lo roben. ¡Qué va! Lo mira cada dos por tres como si fuera un bebé durmiendo, que no le vaya a dar el síndrome de muerte súbita del lactante. Ay, la hipervelocidad y el sujeto digital hiperconectado. Ya sé que todo tiene que ser para ayer. ¡Pues justamente!, oír un mensaje de audio es una perdedera de tiempo. Goethe, el naturalista y poeta alemán, le escribió miles de cartas a su amada Charlotte von Stein y en una de ellas se lee que quiere enviarle un sonido. Esto, en 1786. Quería compartir su emoción ante el paisaje sonoro de Venecia. Qué bella alegría sería levantar el celular y escuchar cantos y olas… Pero no, los sonidos del entorno y sus decibeles estrambóticos ya ni dejan, la pitadera citadina, perros ladrando, niños llorando, azafatas, el agua del inodoro corriendo, es que hasta haciendo sus necesidades las gentes mandan audios. Un mensajito hediondo. Incluso desde baños públicos, soy testigo. Ay, papi, qué poco desarrollada está nuestra naturaleza aural y la estamos matando.
Sabes qué, necesitamos unas normas de etiqueta para los mensajes de voz. Primero: respeta el tiempo ajeno. Segundo: envía un mensaje de texto. No, no te estoy pidiendo una tesina, no seas ridículo, pero como dice mi meme preferido, marica ya, no seas perezoso, haz el esfuercito intelectual y pon tus ideas en orden, sé preciso, conciso, claro, coherente. Vas a perder la escritura cotidiana y por ahí se te va olvidado la otra, se te olvida la ortografía, se te van a olvidar las palabras bonitas. ¿Difícil? Pon a la ia a escribir, así por lo menos las máquinas se acordarán de cómo se hace. Si no te queda de otra, como dice Miguel Mateos, llámame. Pero ¿tendremos algo que decirnos? Eso mismo dijo Edison cuando se envió el primer telegrama interoceánico entre Inglaterra y Estados Unidos. Tardó más de diecisiete horas. Me pregunto qué audio me mandarías si supieras que lo voy a escuchar diecisiete horas después, probablemente uno que haría parte de mi archivo personal. En fin. Mira que me enteré hace poco que se pueden mandar audios que solo se reproducen una vez. Dios santo, papi, ¿esto qué es? La tiranía del emisor. La mismísima tiranía. Tú ni te atrevas. Imagínate que mi amiga me mandó un audio diciendo que por qué la dejaba en visto. Me hubiera gustado decirle que existen once clases de silencio, y que adivinara si era un silencio prudente, artificioso, complaciente, burlón, espiritual, estúpido, un silencio de aprobación, de menosprecio, de humor, de capricho o de astucia política. No, qué me los voy a inventar, lo escribió un apologista del feminismo francés en el siglo xviii. Un tal Dinouart. Pero la verdad es que yo contesto cuando me venga en gana. Yo no ando con el celular pegado a mi como un exocerebro. Yo ando en mi vida y mis cositas y si quiero conversa, una buena conversa, pues llamo. Ya quité eso de los chulitos azules, qué barbaridad, gran hermano, que si vio, que si no vio. Que vea cuando vea y conteste cuando conteste. Ahora ni ganas dan de contestar porque hasta las empresas dejan mensajes de audio con voces automatizadas. Es que ya no hay ninguna discreción ni respeto por la privacidad, una anda todo el día oyendo los mensajes de otras. Exasperante. Hombre, no. Todo mal. Yo tengo audífonos, no porque quiera escuchar mensajes de audio, sino para no tener que oír los ajenos. Que el matiz, que la entonación, que el ritmo, que el tono y el timbre de voz. ¿Para qué?, ¿para decirme que tiene que mover una cita del lunes para el miércoles?, ¿que conoció unos bebés en Chaparral de una recién parida que no sé ni cómo se llama?, ¿que se está comiendo un tamal buenísimo? Sáquele foto y póngala en Instagram. Entonces, ahora lo que hace WhatsApp es transcribir los audios que la gente manda. Transcribir. Volvemos al fonoautógrafo de Martinville. ¡La rueda del hámster! Te digo una cosa, extraño los telegramas, ¿te acuerdas, papi, el que recibió Meursault en la novela de Camus? «Falleció su madre. Entierro. Sentidas condolencias». ¿Qué más hay que decir?
Un instante es una porción brevísima de tiempo
En 1897, Alphonse Allais publicó la partitura Marcha fúnebre compuesta para los funerales de un gran hombre sordo. En el prefacio de la pieza dice que, como los grandes dolores son mudos, los ejecutantes simplemente deben contar los compases.
Este francés, poeta, humorista, artista y escritor, hijo de un farmaceuta, estaba prestando su servicio militar cuando encontró una forma de secar el café. Aunque no fue el único ni el primero, en 1881 patentó el café instantáneo: fácil de preparar, de sabor plano y algo amargo y sin toques aromáticos.
En 2009, Jan Koum quería contarle a sus amigos qué estaba haciendo y saber en qué andaban ellos. Estoy en el gimnasio. Estoy en la biblioteca. Este migrante ucraniano, autodidacta y exfuncionario de Yahoo! creó una aplicación de mensajería instantánea que ofrece comunicación en tiempo real a través de internet y a la cual se accede con el número celular. WhatsApp, como el café instantáneo, es fácil de usar, rápida y conveniente. En 2013 introdujo la función de mensajes de voz y hoy se envían más de setecientos millones al día.
La pedagogía del silencio
Por favor coma no me mandes audios punto gracias signo de admiración.
Archivo
«Hace una década, enumeré entre las aplicaciones del fonógrafo: la escritura de la correspondencia y toda clase de dictados, sin la ayuda de un estenógrafo; los libros fonográficos que hablarían a los ciegos sin exigir ningún esfuerzo por su parte; la enseñanza de idiomas; la reproducción de la música; el documento de familia, que conservaría recuerdos, reminiscencias, etcétera, de los miembros de la familia, así como las últimas palabras de los moribundos; las cajas de música y los juguetes […] la combinación del fonógrafo y el teléfono para sustituir las comunicaciones verbales y efímeras [por] inscripciones permanentes y auténticas» —Thomas Alba Edison. Ruidos. Ensayos sobre la economía política de la música. Jacques Attali
Piensa en esto antes de mandar tu próximo mensaje de voz.
Celebración
Deseo que el próximo audio que me llegue sea un
simple y profundo: ¡guasááááááááá!
El Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes no es responsable de las opiniones recogidas en los presentes textos. Los autores asumen de manera plena y exclusiva toda responsabilidad sobre su contenido.
Ministerio de Cultura
Calle 9 No. 8 31
Bogotá D.C., Colombia
Horario de atención:
Lunes a viernes de 8:00 a.m. a 5:00 p.m. (Días no festivos)
Contacto
Correspondencia:
Presencial: Lunes a viernes de 8:00 a.m. a 3:00 p.m.
jornada continua
Casa Abadía, Calle 8 #8a-31
Virtual: correo oficial –
servicioalciudadano@mincultura.gov.co
(Los correos que se reciban después de las 5:00 p. m., se radicarán el siguiente día hábil) Teléfono: (601) 3424100
Fax: (601) 3816353 ext. 1183
Línea gratuita: 018000 938081 Copyright © 2024
Teléfono: (601) 3424100
Fax: (601) 3816353 ext. 1183
Línea gratuita: 018000 938081
Copyright © 2024