ETAPA 3 | Televisión

El Paraíso en la selva

16 de abril de 2024 - 10:55 pm
Las primeras representaciones occidentales de la Amazonía la ilustraban como el Paraíso: mientras Europa se hundía en los delirios de la inquisición, la selva fue una utopía de salvación. Cuatrocientos años después, sigue siendo una esperanza para el planeta.
El poderoso raudal del Jirijirimo es el más emblemático del río Apaporis y una entidad sagrada para los pueblos de esta parte de la Amazonía. Este lugar es considerado la Cama de la Anaconda. Foto de María Andrea Parra.
El poderoso raudal del Jirijirimo es el más emblemático del río Apaporis y una entidad sagrada para los pueblos de esta parte de la Amazonía. Este lugar es considerado la Cama de la Anaconda. Foto de María Andrea Parra.

El Paraíso en la selva

16 de abril de 2024
Las primeras representaciones occidentales de la Amazonía la ilustraban como el Paraíso: mientras Europa se hundía en los delirios de la inquisición, la selva fue una utopía de salvación. Cuatrocientos años después, sigue siendo una esperanza para el planeta.

A mediados del siglo XVII, entre 1645 y 1650, Antonio de León Pinelo, oidor del rey en Perú, se embarcó en una empresa intelectual y geográfica sin igual en su tiempo al escribir El Paraíso en el Nuevo Mundo. Comentario apologético, historia natural y peregrina de las Indias Occidentales, Islas de Tierra Firme del Mar Océano. Aunque este texto aparentemente no se publicó en su época, representa un intento singular por situar el Paraíso en un lugar concreto: la selva amazónica. Cuatrocientos años después, la búsqueda emprendida por León Pinelo podría considerarse un reflejo de las sociedades contemporáneas, donde la búsqueda del Paraíso continúa.

León Pinelo escribió cinco tomos sobre el tema, con varias páginas en las que compiló, junto con sus propias tesis, los planteamientos de al menos 17 autores que sostenían que la ubicación del Paraíso estaba en la tierra. Esto mostraba la erudición que se había desarrollado durante siglos sobre este tema. Como muchos otros hombres de su época, León Pinelo se sustentaba firmemente en las creencias miticorreligiosas y en el imaginario tardomedieval, que tenía mayor peso que sus propias observaciones. Desde esta perspectiva, en sus escritos se articulaba una representación de América poco fiel a las realidades objetivas del nuevo continente, pero coherente como representación simbólica con su imaginario de hombre del siglo XVII.

Su trabajo fue profundamente influenciado por las sagradas escrituras y por las expediciones europeas en busca del jardín del Edén que se realizaron desde la Edad Media, alimentando así la creencia en la existencia física de este lugar primordial. Aunque no se sabe con certeza si León Pinelo emprendió el viaje al interior de la selva amazónica en su búsqueda, se sabe que investigó exhaustivamente toda la producción de la que disponía —desde su escritorio— para respaldar sus escritos sobre dicha existencia. El Amazonas, encontrado por exploradores en 1542, se convirtió en un lugar inexplorado e impenetrable que desafiaba a los expedicionarios, los rendía o los tragaba. En torno a él, su imagen de lugar inhóspito y, por ende, secreto, se consolidó como el escenario de las historias más extrañas.

Además de apoyarse en autores reconocidos como santo Tomás, Américo Vespucio o Cristóbal Colón, León Pinelo apuntó con gran énfasis datos que sustentaban su propuesta, como la ubicación exacta del Paraíso en lo que sería la actual región amazónica. En sus análisis y formulaciones denota un afán de rigurosidad tal, que estableció las medidas de la extensión del Paraíso en 160 leguas de diámetro por 460 de circunferencia, y sugirió que los ríos Paraná, Amazonas, Orinoco y Magdalena constituían los cuatro ríos de los cuales se hablaba en el Génesis. Entre todas las argumentaciones, propuestas y análisis que planteó León Pinelo, tal vez la más llamativa fue la realización de un croquis dibujado por él, titulado Continens paradisi, en el que se mostraba la ubicación geográfica exacta del Paraíso en la selva.

La llegada a América revivió la idea de aquel Paraíso perdido que se les había negado a los hombres por causa del pecado. La esperanza parecía revivir y los relatos de viajes, cartografías e imágenes de este lugar se enriquecieron con la exuberante naturaleza americana. La selva amazónica se manifestó como un territorio promisorio, una nueva oportunidad para alcanzar, un lugar para volver a empezar. Así, iconográficamente, el tema del Paraíso cobró fuerza con imágenes donde el paisaje adquiría mayor relevancia y elementos como la selva y sus animales se incorporaban a las representaciones visuales de los siglos XVI y XVII. En las pinturas de la época que se difundieron, el tema habitual de Adán y Eva, los primeros habitantes del Paraíso, fue representado cada vez más pequeño, mientras que los follajes, las guacamayas, los monos y los felinos reclamaban un lugar en la narrativa, dando vida a un Paraíso terrenal lleno de vida y exuberancia americana.

La concepción del Paraíso en la selva amazónica reflejó la búsqueda humana de un destino idílico, influenciada por el cristianismo, que lo consideraba un lugar tanto físico como espiritual y teóricamente accesible. Sin embargo, en el siglo XVIII, con la Ilustración, los avances científicos, las expediciones y la mayor precisión cartográfica, junto con la primera vez que se cuestionaron los textos bíblicos, las ideas del Paraíso como un lugar tangible comenzaron a desvanecerse para convertirse en meras anécdotas de la credulidad humana.

León Pinelo, El Paraíso en el Nuevo Mundo, ca. 1590-1660. Real Biblioteca de Palacio, Madrid, Patrimonio Nacional, II/3015, fol. 125r.
León Pinelo, El Paraíso en el Nuevo Mundo, ca. 1590-1660. Real Biblioteca de Palacio, Madrid, Patrimonio Nacional, II/3015, fol. 125r.

La representación del Paraíso se modificó con el tiempo, pasando de ser un lugar terrenal a un destino celestial del más allá, una esperanza y un ideal que guiaba a las sociedades hacia un futuro mejor sin ubicación geográfica específica, inalcanzable. Desde allí, se consideró que esta historia era simplemente un mito fundacional de algunas religiones y que ese lugar en sí no existía. Se asumió que el Paraíso nunca había estado en la tierra. Era solo un deseo.

Llegado el siglo XIX se experimentó un cambio drástico en la percepción de la selva, convirtiéndola en  un lugar temido por diferentes razones. La falta de exploración y conocimiento detallado de estas regiones generó un sentido de lo ignoto y lo salvaje, alimentando el miedo a lo inexplorado y lo impredecible que allí podía encontrarse. La selva, concebida como un Paraíso imaginado, se transformó en un lugar siniestro y monstruoso, asociado con dolor y muerte para las comunidades que la habitaban, y como una fuente de recursos explotada por una sociedad de consumo insaciable. Se convirtió en la frontera entre lo civilizado y lo salvaje, abandonando su representación anterior como el Paraíso descrito por León Pinelo para transformarse en su total opuesto: el Infierno. ¿Era este el fin de aquel Paraíso en la tierra?

Si bien la selva no está anclada a un pensamiento religioso y barroco, sí representa un lugar anhelado. En la actualidad, hemos vuelto a creer en la existencia de ese Paraíso terrenal, aunque la ilusión parecía perdida. ¿No es acaso la Amazonía el último bastión de esperanza para una sociedad que consume y desecha a su paso el lugar donde habita? ¿No es la selva nuestra última oportunidad para salvar el planeta? A principios del siglo XXI, este lugar idílico medieval aún persiste, ya no como el habitáculo de Adán y Eva, sino más bien como el lugar que nos desafía y nos brinda una última esperanza.

CONTENIDO RELACIONADO

Array

1 de abril de 2025
Más de 170.000 personas se reunieron a lo largo de cuatro días en el parque Simón Bolívar para celebrar el Festival Estéreo Picnic. Esta crónica, en colaboración con El Enemigo, pasa de las peleas de parejas a los parlantes con sonidos de aves, de los precios de las crispetas a las luces que rodean al busto de Bolívar, de las ausencias de último minuto al momento que vive el FEP. Y en el centro está la música: Olivia Rodrigo, Justin Timberlake, Nathy Peluso, St. Vincent y The Marías fueron los favoritos del autor.

Array

30 de marzo de 2025
En 1976, GACETA publicó este prólogo de Daniel Samper Pizano para la antología de Álvaro Cepeda Samudio (Barranquilla, 30 de marzo de 1926) publicada por Colcultura. Samper contrasta la «neblina nostálgica» de libros como La casa grande y Todos estábamos a la espera con la «naturaleza apoteósica» de la literatura colombiana del siglo XX, analiza la figura de escritor-periodista en consonancia con el Nuevo Periodismo estadounidense y desemboca en la contundencia con la que escribía Cepeda Samudio, fuera una crónica política o un guion de cine, otra de sus tantas pasiones. Dijo Cepeda Samudio: «Cuando se tiene algo que decir debe decirse a gritos: con palabras de todas las clases, sin sujeción a reglas gramaticales o académicas; abiertamente: deben tomarse las palabras y a puñetazos estridentes obligarlas a ilustrar la idea».

Array

27 de marzo de 2025
«Para que todo siga igual es necesario que todo cambie», dice la frase más famosa de El Gatopardo. Pedro Adrián Zuluaga compara la nueva serie de Netflix, una adaptación de la novela de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, publicada en 1958, con la película del 63 dirigida por Luchino Visconti para analizar cómo se adapta cada una al cambio y los nuevos tiempos. Es una crítica que también se pregunta, finalmente, qué implica el nuevo régimen que impone Netflix.

Array

27 de marzo de 2025
José Luis Oyaga y Dilia Díaz llegaron a Agua de Dios (Cundinamarca) tras un segundo destierro por ser enfermos de lepra. Primero fueron expulsados de sus ciudades y pueblos en el Caribe para ser confinados en la isla de Tierra Bomba (Bolívar). Pero el lazareto de Caño Loro fue bombardeado en 1950 por la Fuerza Aérea Colombiana y los Oyaga Díaz tuvieron que reinventarse una vez más en Agua de Dios. Su hijo Efraín todavía vive en la misma casa a la que llegaron, donde un armario guarda documentos olvidados que cuentan esta historia. Este relato es un adelanto de El álbum de Magdalena, el próximo libro de Felipe Martínez Pinzón.

Array

26 de marzo de 2025
Cinco años después de que la pandemia del Covid-19 empezara en Colombia, publicamos este pasaje de Lo que estábamos buscando: de la pandemia como criatura mítica, un libro del italiano Alessandro Baricco de la editorial Anagrama. Debemos pensar la pandemia más allá de la emergencia sanitaria, propone Baricco: es un mito que contagió las mentes antes que los cuerpos, un mito que quizás estábamos buscando para hacerle frente a la dirección en la que avanzaba el mundo a toda velocidad.

Array

25 de marzo de 2025
El 25 de marzo de 2020 empezó el confinamiento por la pandemia de COVID-19 en Colombia. Este «aislamiento preventivo obligatorio», que al principio iba a durar un par de semanas, se extendió hasta el 31 de agosto. Estos testimonios reflexionan sobre la cuarentena desde distintas experiencias para pensar cómo nos cambió.

Array

22 de marzo de 2025
Suraj Yengde es un académico indio reconocido por sus estudios del sistema de castas y su activismo por los derechos de los dalits, históricamente marginados de la sociedad india. Francisco Javier Flórez, director del Archivo General de la Nación, habló con él sobre el concepto de «casta global», la forma que las castas toman en América Latina, el rol de las mujeres en la transformación social de India y cómo Yengde está trabajando para abolir el sistema de castas en su país.

Array

22 de marzo de 2025
Marta Ruiz visita la casa de la escultora bogotana Hena Rodríguez (1915-1997) para recordar la forma en que desde sus desnudos indagó por el deseo femenino entre la sensualidad y la prohibición, y desde el movimiento Bachué exploró una identidad cultural colombiana que incluyera a los indígenas, negros y campesinos. Esta carta reconoce el legado de Rodríguez, particularmente elocuente para un país que busca nuevos horizontes en su propia historia.

Array

21 de marzo de 2025
La ópera-performance lituana Sun & Sea llega al emblemático Teatro Colón de Bogotá, del Centro Nacional de las Artes, entre el 21 y el 24 de marzo. Esta puesta en escena, sutil y perturbadora a la vez, nos abre el lente para mirar la playa como el lugar donde aterrizan nuestras victorias, placeres y fracasos como humanidad. Aquí, un recorrido en cinco postales para reflexionar alrededor de esta experiencia.

Array

19 de marzo de 2025
La editorial Seix Barral rescata La selva y la lluvia, una novela del escritor chocoano Arnoldo Palacios, publicada originalmente en 1958, que no solo retrata el Chocó de la Violencia bipartidista, sino que también reflexiona sobre el racismo estructural del que todavía no escapa la sociedad colombiana setenta años después.