DROGAS

Array

Desde comienzos del año 2000, Sucre dejó de ser un barrio obrero en Cali y se convirtió en una zona señalada por la venta de drogas y la prostitución. La calle h, como se le conoce popularmente, concentra el consumo de heroína en la ciudad. Una serie fotográfica de Paula Thomas.

Array

En Nariño, los campesinos que un día sembraron coca hoy cultivan café y cacao mientras los Diálogos Regionales de Paz empiezan a transformar la economía y el alma del sur colombiano. Así se abren hacia un proyecto de futuro sin miedo ni violencia.

Array

En la era del boom psicodélico, la ayahuasca o yagé ha pasado de las selvas amazónicas a laboratorios, retiros urbanos y foros internacionales. Una planta sagrada, antes reservada para rituales chamánicos, se transformó en objeto de estudio y negocio. Entre el saber ancestral y la mercantilización de la conciencia, esta planta revela las tensiones entre espiritualidad y consumo.

Array

Desde la década de 1980, el arte colombiano ha problematizado las influencias estéticas y económicas derivadas del narcotráfico. Santiago Rueda propone una lectura del país de los hipopótamos afrocolombianos, del reguetón, del lujo kitsch y de la microdosis psicodélica en la que examina las mutaciones de un imaginario donde lo ilícito y lo sagrado se confunden.

Array

Una tía recuerda a su sobrino, que murió en una fiesta de música electrónica luego de consumir MDMA. Entre la culpa y el duelo, este testimonio insiste en la necesidad urgente de la legalización en Colombia como camino para salvar vidas.

Array

En su Informe final, la Comisión de la Verdad recomendó superar el prohibicionismo y transitar hacia otras formas de comprender y convivir con las drogas. Esta crónica ofrece una mirada a los llamados clubes cannábicos y a quienes proponen otras formas de asociarse en torno al cultivo y el consumo de marihuana.

Array

Los orígenes y las consecuencias del uso de esteroides anabólicos abarcan desde los gimnasios de barrio hasta el universo digital de los influencers fitness. El deseo de transformar el cuerpo se ha convertido en una forma de fe, adicción y autodestrucción.

Array

Colombia sigue atrapada en la lógica prohibicionista frente a las sustancias psicoactivas: el ritual de la estigmatización mediática se repite mientras crecen los cultivos y las incautaciones. Más allá de la culpa, ¿qué caminos soberanos nos quedan?

Array

El régimen global antidrogas ha criminalizado a labriegos y consumidores. Diferentes fenómenos internacionales y prejuicios de más de sesenta años han puesto la responsabilidad del narcotráfico en los países productores. Sin embargo, tras romper el llamado Consenso de Viena, se abre un camino para imaginar otro futuro. ¿Cuáles son los retos que enfrenta Colombia y qué pasos debe seguir en la redefinición de una política global sobre las drogas? GACETA conversa con Laura Gil.

Array

Los campesinos colombianos han aprendido a cultivar marihuana entre las bananeras y la caña de azúcar. Entre luchas y resistencias, el aparato estatal se ha construido sobre el despojo y la aculturación, en nombre de un modelo económico basado en la producción de mercancías agrícolas que beneficia a las élites locales y arrincona al campesinado a las fronteras agrícolas.

Array

Desde el Renacimiento del siglo XV hasta el renacimiento psicodélico actual, la tecnología y la ciencia han despojado a las plantas medicinales indígenas de su historia para uniformarlas bajo el manto de la mercancía.

Array

¿Cómo fue posible que una planta tan beneficiosa y benigna como medicina, alimento y estimulante suave llegara a quedar clasificada entre las drogas más peligrosas del mundo, condenada por la ley internacional al mismo nivel criminal que la heroína, el fentanilo y el crack?

Array

La figura del consumidor de drogas, moldeada por discursos médicos, políticos y mediáticos, ha pasado de ser un cuerpo enfermo a un enemigo social. El estigma, sostenido por el miedo y la moral, ha convertido el consumo en un tipo de exclusión y en una forma silenciosa de violencia.