ETAPA 3 | Televisión

La vida en el centro

8 de abril de 2025 - 1:35 pm
Hasta el 21 de julio se podrá visitar en el Museo de Arte Miguel Urrutia (MAMU) el nuevo proyecto de la artista colombiana Carolina Caycedo. Situamos la vida en el centro explora la transición hacia nuevos sistemas energéticos, hacia un paradigma que priorice el cuidado más equilibrado y respetuoso de la Tierra. Al mismo tiempo, la exposición promueve diálogos sobre el arte, la ciencia y la justicia ambiental en Los Ángeles, Bogotá y todo el continente americano. En esta entrevista, Caycedo aborda su enfoque colectivo, la relación de su trabajo con el momento histórico que vive Colombia y cómo sus investigaciones anteriores se decantan en esta nueva exposición.
Situamos la vida en el centro, de Carolina Caycedo, es ,al mismo tiempo, una exposición, una publicación y una plataforma educativa que se pregunta cómo podemos transicionar hacia nuevos sistemas energéticos y cómo contribuiremos a la difusión de un paradigma que priorice el cuidado más equilibrado y respetuoso de la Tierra. Al mismo tiempo, la exposición promueve diálogos sobre el arte, la ciencia y la justicia ambiental en Los Ángeles, Bogotá y todo el continente americano. Foto de LeoQueen.
Situamos la vida en el centro, de Carolina Caycedo, es, al mismo tiempo, una exposición, una publicación y una plataforma educativa que se pregunta cómo podemos transicionar hacia nuevos sistemas energéticos y cómo contribuiremos a la difusión de un paradigma que priorice el cuidado más equilibrado y respetuoso de la Tierra. Al mismo tiempo, la exposición promueve diálogos sobre el arte, la ciencia y la justicia ambiental en Los Ángeles, Bogotá y todo el continente americano. Foto de LeoQueen.

La vida en el centro

8 de abril de 2025
Hasta el 21 de julio se podrá visitar en el Museo de Arte Miguel Urrutia (MAMU) el nuevo proyecto de la artista colombiana Carolina Caycedo. Situamos la vida en el centro explora la transición hacia nuevos sistemas energéticos, hacia un paradigma que priorice el cuidado más equilibrado y respetuoso de la Tierra. Al mismo tiempo, la exposición promueve diálogos sobre el arte, la ciencia y la justicia ambiental en Los Ángeles, Bogotá y todo el continente americano. En esta entrevista, Caycedo aborda su enfoque colectivo, la relación de su trabajo con el momento histórico que vive Colombia y cómo sus investigaciones anteriores se decantan en esta nueva exposición.

Carolina Caycedo habla rápidamente y su tono está lleno de certezas. Son las certezas que acompañan a quien ha estudiado, investigado, recorrido y comprendido el tema del que habla durante más de diez años. Ahí reside la fuerza de su exposición Situamos la vida en el centro, abierta al público hasta el 21 de julio en el Museo de Arte Miguel Urrutia del Banco de la República, en Bogotá.

Esta artista colombiana —nacida en Londres y residente en Los Ángeles, California— ha expuesto su obra en escenarios tan importantes como el Whitney Museum, la Bienal de Venecia, y el Museo de Arte de Sao Paulo MASP. Situamos la vida en el centro reflexiona sobre soluciones alternativas a la crisis climática global, que se apoyan en el ecofeminismo y la justicia ambiental. Es la muestra más ambiciosa que ha presentado en el país y  consiste en una serie de 72 obras en las que textiles, videos, instalaciones y otros formatos dialogan entre sí. Caycedo la construyó en conjunto con otros artistas, así como colectivos y movimientos sociales dedicados al cuidado del medio ambiente a lo largo y ancho del continente americano.

«Desde el comienzo de este proyecto quería ver de una manera hemisférica cómo se está dando la transición ambiental en el continente. Entender que no se está dando en un solo lugar, sino que somos muchos empujando hacia el mismo lado. Somos muchas y muchos», cuenta. Como lo demuestra la arpillera que recibe al visitante en la exposición, y que creó de la mano con participantes de Estados Unidos, Chile, Brasil y Colombia, las historias deben contarse en comunidad.

La arpillera —un tejido grueso, como de costal— se convirtió en un símbolo de la resistencia contra la dictadura de Pinochet en Chile, pues las mujeres bordaban allí sus historias de dolor y denunciaban las violaciones a los derechos humanos. Desde entonces se ha convertido en una especie de bandera de quienes buscan un mundo más justo, y allí es donde Carolina Caycedo se mueve, teje sus propias redes, participa en diálogos, ayuda a conectar comunidades del sur y del norte global que sufren la inequidad causada por el avance, al parecer imparable, del «progreso» capitalista. En Situamos la vida en el centro, hay un textil que recoge las cosmovisiones, gritos y frases de resistencia bajo la sombrilla «Por una transición ecosocial justa».

Este interés en trabajar desde lo colectivo es una búsqueda permanente de Caycedo. «Desde hace alrededor de cinco años siento una resistencia como artista a tener una exposición individual, me aburre muchísimo. Prefiero mucho más poder abrir el diálogo, aprovechar esos espacios grandes donde hay recursos, lo que te da un museo, lo que te da una sala grande, para entrar en diálogo con otros artistas o con otras obras de arte. Eso pasa en esta exposición».

Sobre la idea de la artista como tejedora de redes, o mejor, como parte de una red de diálogo en la que interactúan muchos actores, Caycedo sabe que puede suscitar críticas, pues el trabajo artístico es, a menudo, una actividad solitaria.  Su respuesta es clara: «El trabajo colectivo enriquece, no te quita, sino que te da un respeto, no solo al nivel del mundo del arte sino en todos esos niveles de diálogo político que siento la responsabilidad de llevar. Entonces, ¿cómo voy a tener un diálogo político y no abrir ese espacio de la presentación final a esos diálogos?».

«El trabajo colectivo enriquece, no te quita, sino que te da un respeto, no solo al nivel del mundo del arte sino en todos esos niveles de diálogo político que siento la responsabilidad de llevar. Entonces, ¿cómo voy a tener un diálogo político y no abrir ese espacio de la presentación final a esos diálogos?».

Carolina Caycedo es colombiana, nació en Londres y vive en Los Ángeles. Foto LeoQueen.
Carolina Caycedo es colombiana, nació en Londres y vive en Los Ángeles. Foto LeoQueen.

Que esta sea la exposición más grande que ha liderado en Colombia no es un dato menor. «Me hace mucha ilusión que conecta los dos lugares que me alimentan mayoritariamente. El lugar que me sostiene, donde vivo, que es Los Ángeles, y el lugar donde están mis raíces, que es Colombia. También porque, desde el comienzo, con esta exposición Situamos la vida en el centro y este proyecto, quería ver de una manera hemisférica cómo se está dando la transición energética y ambiental en el continente», explica. Reconoce que el título puede interpretarse como un alineamiento con el gobierno de Gustavo Petro, que repite la idea de hacer de Colombia una «Potencia mundial de la vida».

«Mi expectativa es cómo va a ser recibida esta exposición en este momento político en Colombia. En donde se habla desde el Gobierno de comunidades energéticas, de que somos “el país de la vida”, y el título Situamos la vida en el centro obviamente tiene algo de eso, aunque no sea intencional. O mejor, aunque no es intencional, sí hay una corriente que está empujando a la gente, que estamos trabajando desde el arte, desde la pintura, el cine, los movimientos sociales».

Su trabajo, su cercanía con los movimientos ambientales en Colombia, comenzó a tomar fuerza en 2012, cuando, en una visita al país, conoció la construcción de la represa de El Quimbo, sobre el río Magdalena. «Yo viví unos años de mi adolescencia sobre el río Magdalena, mi papá era agricultor allí, y eso me llamó la atención. ¿Qué está pasando? ¿Por qué van a construir una represa? ¿Cómo van a desviar un río tan grande como el Magdalena? Y coincidió con que conocí a alguien que estaba siendo parte de la resistencia en el Huila a la construcción de esta represa, me invitó, y por ahí empecé a entender qué es la justicia ambiental, cómo las comunidades se ponen en resistencia».

De ahí nació el trabajo Represa/Represión, que explora y dialoga con otras formas de resistencia ambiental en Colombia, México, California y Brasil, especialmente de las comunidades afectadas por la construcción de represas destinadas a la generación de energía hidroeléctrica.

«Represa/Represión miraba mucho cuáles son las afectaciones del extractivismo sobre los territorios, sobre los cuerpos humanos, sobre los cuerpos de agua. Y hace cinco años, precisamente por seguir en diálogo y por estar atenta a cuáles son las agendas de estas comunidades en pie de lucha, hay un cambio y hay un reposicionamiento: de enfocarse en las afectaciones a empezar a pensar en las soluciones», recuerda.

Esta es la clave que da pie a Situar la vida en el centro, pues la búsqueda de soluciones cambia la óptica de todos los actores involucrados. «¿Cuáles son las soluciones y cómo se están acuerpando? Hay demasiadas, hay muchísimas que ya están pasando y eso no es tan fácil de ver, porque a eso no se le da prioridad. Y porque siguen siendo circunstancias en desventaja, porque son muy de comunidad de base, y porque va en contra de actitudes más globales que dicen: “Ah, la solución del cambio climático es el mercado de carbono”. No, las soluciones se van a encontrar dentro de lo local y al nivel de las bases. Mi proceso, de Represa/Represión a Situar la vida en el centro, ya habla de ese cambio de perspectiva, pero también de una necesidad propia de hablar desde la abundancia y desde la felicidad y desde la posibilidad, no solo dedicarse a hablar de las consecuencias relativas del extractivismo».

Es la importancia de pensar en una idea de futuro. O, como ella misma dice, «de una diversidad de futuros, de una pluriversalidad de futuros».

CONTENIDO RELACIONADO

Array

15 de abril de 2025
La frontera encantada, la tercera novela de Giuseppe Caputo (Barranquilla, 1982) es un libro umbral que fluye entre géneros literarios: es capaz de narrar, reflexionar, imaginar, teorizar y poetizar. Al mismo tiempo, según escribe el también barranquillero Pedro Carlos Lemus, el narrador piensa lo dividido y lo medio, cruza límites que también son oportunidades para ver el mundo con perspectiva: «Este es un libro que busca la visión completa, la de la herida individual y la social». La reseña de Lemus también se pregunta por las medias caras y los medios caminos, por el placer y la familia con Barranquilla como marco geográfico, y, finalmente, por el nuevo deseo que surge de esa nueva visión.

Array

14 de abril de 2025
El hueco, de Santiago Reyes Villaveces, es una de las exposiciones nominadas al XIII Premio Luis Caballero y será exhibida hasta el 4 de mayo de 2025 en la Galería Santa Fe de Bogotá. Reyes Villaveces recrea las grietas, los charcos y, claro, los huecos del suelo bogotano para reflexionar sobre el caos urbano, pero también sobre las fuerzas geológicas subyacentes. En esta entrevista, el artista reflexiona sobre la división entre naturaleza y cultura, la transformación discursiva del arte y la relación de El hueco con la cultura popular.

Array

13 de abril de 2025
«Si todo cambia a toda velocidad, ¿cómo cambiará el concepto que los humanos tenemos de los animales en unos años? ¿Cómo se analizará en cinco décadas lo que se hacía con los animales en los años 20 del siglo XXI?». Esa es la pregunta que se hace Leila Guerriero en esta nota introductoria de El corazón de la bestia, un lanzamiento de Bookmate Originals que se adentra las relaciones, siempre dinámicas, entre humanos y animales. La antología, editada por Guerriero, cuenta con un prólogo del argentino Martín Caparrós, y textos de Santiago Rosero (Ecuador), Emiliano Ruiz Parra (México), Soledad Gago (Uruguay), Lina Vargas Fonseca (Colombia) y Sabine Drysdale (Chile). El afecto, la crueldad, la domesticación, la libertad, la violencia y la convivencia son algunos de sus principales aristas.

Array

12 de abril de 2025
Estos son cinco discos de hip-hop que abordan a Dios, la Biblia o la religión católica en general. A través de referencias, críticas, reflexiones y relatos, estos raperos exploran su espiritualidad y su entorno para hacer proyectos que no solo son interesantes para escuchar en Semana Santa: todos son buenísimos.

Array

10 de abril de 2025
Super Happy Forever, del japonés Igarashi Kohei; y Bienvenidos conquistadores interplanetarios y del espacio, del colombiano Andrés Jurado, fueron algunas de las mejores películas del FICCI 64, celebrado en Cartagena entre el 1 y el 6 de abril. Esta crítica aborda las contradicciones de la programación, los principales aciertos y el momento que vive el cine colombiano. Al igual que las películas que analiza, se pregunta por el tiempo, el de la pantalla y el de la fatiga que queda luego de la maratón cinematográfica.

Array

9 de abril de 2025
Sara Millerey González, una mujer trans, fue asesinada en Bello, Antioquia el domingo 6 de abril. Este transfeminicidio se suma a la historia reciente de crímenes de odio en Medellín y el área metropolitana del Valle de Aburrá. Sergio Mesa detalla la estructura criminal de la capital antioqueña y alrededores para preguntar quiénes son los responsables de la muerte de Sara Millerey.

Array

9 de abril de 2025
El 9 de abril se conmemora el Día Nacional de la Memoria y la Solidaridad con las Víctimas del Conflicto Armado. Por eso le propusimos a Gonzalo Sánchez, exdirector del Centro Nacional de Memoria Histórica, que reflexionara sobre esta fecha a partir de un ensayo de María Teresa Uribe de Hincapié titulado «La negación del otro», publicado por GACETA en 1990. Ese Otro es el protagonista de la reflexión de Sánchez, que parte del 9 de abril de 1948, cuando el Otro fue asesinado y descubierto, y llega al presente, cuando el Otro se ha vuelto una alternativa de poder, para culminar las reformas aplazadas desde la República Liberal de los tiempos de Gaitán y también para proponerle nuevas agendas a Colombia para el siglo XXI.

Array

9 de abril de 2025
En 1990, GACETA publicó un dossier titulado «Colombia: cultura y violencia», del que hizo parte este ensayo de María Teresa Uribe de Hincapié sobre, precisamente, esa pregunta perenne: ¿por qué los colombianos somos tan violentos? Aunque cultura y violencia podrían considerarse como antónimos, Uribe argumenta que el desconocimiento de la diferencia tiene bases culturales. En esa intersección puede haber una respuesta, urgente todavía 35 años después, que desnaturalice la violencia y la lleve más allá de un rasgo inherente de los colombianos. Al preguntarnos por la cultura que sostiene la violencia podemos hacerle frente.

Array

7 de abril de 2025
Todo está muy facho es un especial de GACETA y Cerosetenta que analiza el fascismo contemporáneo. Como punto de partida, retomamos este ensayo, originalmente publicado en Cerosetenta, que se pregunta sobre la singularidad de la nueva ultraderecha. Aunque definir al fascismo es difícil por su dinamismo y sus contradicciones, Juan Diego Pérez propone que en su negación de la diferencia y en los afectos que lo movilizan se encuentran las claves para pensar este fenómeno en el 2025.

Array

6 de abril de 2025
En 1989, GACETA publicó este poema de Víctor Gaviria, escrito a partir del proceso de Rodrigo D: No futuro, que ya estaba grabada pero se estrenaría el año siguiente. Antes de director de cine, Gaviria fue poeta, y en «El mejor de mis actores» brillan las imágenes de la violencia en Medellín contrastada con la gran pulsión vital de la ciudad, temas que ya exploraba en versos antes de que definieran sus películas.