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Raigambre y defensoras: los rostros de los liderazgos y activismos en la COP16

La COP16 reunió en Cali a miles de lideresas y líderes que llevan en sus cuerpos y sus quehaceres las luchas y enseñanzas de generaciones por la protección de la naturaleza y la biodiversidad. Estas son ocho de las personas que llegaron hasta Cali para compartir sus saberes y llamar la atención sobre lo que la madre Tierra pide.

Raigambre y defensoras: los rostros de los liderazgos y activismos en la COP16

La COP16 reunió en Cali a miles de lideresas y líderes que llevan en sus cuerpos y sus quehaceres las luchas y enseñanzas de generaciones por la protección de la naturaleza y la biodiversidad. Estas son ocho de las personas que llegaron hasta Cali para compartir sus saberes y llamar la atención sobre lo que la madre Tierra pide.

Son lideresas indígenas, raizales, afrodescendientes, campesinas. Son raigambre con la biodiversidad que habitan desde la punta de los pies hasta las huellas de las manos. Son testigos directos de la degradación ambiental; en sus territorios se escucha el grito ahogado de la naturaleza y en su ancestralidad están muchas de las respuestas a ese quejido. Son los retratos que piden acción inmediata, que ponen el cuerpo, la piel, la sangre propia y de sus renacientes como escudo protector de la «madre Tierra».

Esta serie de dípticos retrata algunos de los liderazgos y activistas que participaron en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Biodiversidad (COP16) y algunos símbolos en los que se encarnan sus luchas. Estas son solo ocho de las miles de personas que llegaron a Cali convocadas por el llamado del cuidado al medioambiente y a la biodiversidad, una muestra de las luchas históricas que desde hace años se cultivan por todo el país. 

Esneda Saavedra Restrepo. Foto por Marina Sardiña.
Esneda Saavedra Restrepo. Foto por Marina Sardiña.

Esneda Saavedra Restrepo, líderesa Yukpa y Consejera de Derecho de los Pueblos Indígenas, Derechos Humanos y Paz de la ONIC

Para esta lideresa procedente de la serranía del Perijá, la fuerza y resistencia de su comunidad están representadas en las largas cabelleras negras de sus mujeres: «el pelo representa la dignidad, la fortaleza, todas las energías positivas, los valores de la mujer para sacar adelante a su familia y liderar su comunidad».

 «Como hija de la madre Naturaleza nadie quiere que los daños acaben con la vida de su madre, pero se siente uno bastante por la situación que está viviendo hoy la madre Tierra. Nuestros territorios han sido destruidos, acabados, exterminados por unas manos dañinas que solo buscan un beneficio individual, más no colectivo. Todo el daño ambiental que se le hace por parte de las minerías, son miradas individualistas, no son miradas colectivas.

»El sueño es que realmente se hagan unas políticas públicas que defiendan y protejan el medio ambiente desde los conocimientos y saberes de los pueblos indígenas; desde los conocimientos y saberes de los campesinos; de los afros que vivimos en nuestros territorios y seguimos protegiendo. Soy de las mujeres, de las lideresas, que creo que sí va a haber un cambio. Los que asistieron se van con muchos saberes, conocimientos, y de ahí se basan también para tener un cambio mental, del corazón y poder contribuir al cuidado de la madre Tierra».

Yurshell Rodríguez. Foto por Marina Sardiña.

Yurshell Rodríguez, ingeniera ambiental, activista raizal y miembro de Sea, Land and Culture Old Providence Foundation

«Soy mami de una pequeña guardiana raizal y creo que el atrapasueños creado a partir de su cordón umbilical es lo que representa en mi lucha. Desde los inicios, mi activismo fue siempre pensando en las generaciones futuras. Estamos velando por esas generaciones futuras para que ellos puedan disfrutar de un medioambiente sano, que tengan la oportunidad, como en mi caso siendo mujer raizal, de conocer su territorio como lo conocí yo: poder conocer los corales, poder caminar las playas. Todo eso que no solo hace parte de la gran mega diversidad que tenemos en nuestro planeta, sino que también nos hace a nosotros como raizales».

Lorena Andrea Chasoy Muyuy. Foto por Marina Sardiña.
Lorena Andrea Chasoy Muyuy. Foto por Marina Sardiña.

Lorena Andrea Chasoy Muyuy, líderesa Inga y comisionada de juventud de la Organización Nacional de Autoridades Tradicionales Indígenas de Colombia

Esta joven lideresa Inga se pasea por la Zona Azul —donde se reúnen los más altos representantes mundiales— con su traje tradicional. En sus tejidos se narran las historias de las montañas y ríos de su territorio, en el departamento del Putumayo. 

 «El objetivo como jóvenes indígenas es levantar la voz diciendo que también estamos aquí, seguimos con la misma lucha y tenemos los mismos objetivos de preservación, cuidado, de la educación ambiental para invitar a nuestros jóvenes al llamado de conciencia sobre todo porque la madre naturaleza en este momento lo pide a gritos. Somos testigos, pero a veces nos hacemos los ciegos. Nosotros como guardianes de la tierra, que venimos de territorio, conocemos cuáles han sido las consecuencias de la mala manipulación de la naturaleza. Yo sé lo que es respirar en paz y vivir en paz, consumir alimentos de calidad en nuestro territorio». 

Alexis Ruiz. Foto por Marina Sardiña.
Alexis Ruiz. Foto por Marina Sardiña.

Alexis Ruiz, miembro de Salvemos Selva y fundador de Piamonte Biodiverso

Alexis Ruiz les habla a los visitantes sobre la fauna en el Piamonte, una región aislada que divide los Andes y la Amazonía. Alexis muestra fotografías del mono «Churuco», de serpientes y aves, y siembra en aquellos que visitan la exposición de Salvando Primates el mensaje de conservación que también comunica a los campesinos de su región.

«El Piamonte es uno de los conectores entre los Andes y la Amazonía, es un corredor muy importante para muchas especies. Existen muchas amenazas sobre ese territorio: está avanzando la frontera agrícola, pretenden construir una vía nacional que implicaría arrasar con todo el bosque y las reservas. Al conservar la biodiversidad que nos rodea estamos dando una oportunidad a las personas que habitan allí, una alternativa económica para que no dependan de la ganadería, la tala o la coca, sino del turismo comunitario o de investigación». 

Sandra Patricia Peña Jamioy. Foto de Marina Sardiña.
Sandra Patricia Peña Jamioy. Foto de Marina Sardiña.

Sandra Patricia Peña Jamioy, tesorera y lideresa del resguardo Inga Musu Runakuna

Sandra Peña habla en tercera persona y narra con dolor el desplazamiento de su pueblo, primero por la violencia y después por la avalancha de 2017 en Mocoa. En las pulseras de cuentas que rodean sus muñecas reside su resiliencia y su propósito: «el rojo me recuerda la sangre que derramaron mis abuelos, el azul son los ríos que bañan nuestra región y que ahora, desafortunadamente, están desapareciendo».

«Es muy triste ver la situación en la que estamos viviendo ahora, pero no me sorprende porque mis abuelos, sin ser científicos de título, ya nos lo habían dicho. Nos decían que fuéramos cuidadosos con lo que en el momento había porque debíamos también pensar en aquellos que venían detrás de nosotros. Decía mi abuelo, usted le puede dar la vuelta al mundo, usted puede aprender, pero algo que no puede cambiar en usted son sus raíces, hay que hacer como el árbol: cambia las hojitas, pero las raíces siempre van a ser las mismas. 

»Algo que siempre nos decían nuestros mayores es que todos caminemos juntos, que todo sea para todos, que a nadie le falte nada y que nadie se quede atrás. Entonces, con la convicción de que hay que trabajar pensando no solo como indígenas, sino que también pensando en los demás hermanos; porque de esa manera realmente hacemos un cambio: trabajando en colectivo como hermanos, sin fronteras.” 

María Jiménez Naval. Foto por Marina Sardiña.
María Jiménez Valderrama. Foto por Marina Sardiña.

María Jiménez Valderrama, veterinaria de la Fundación Omacha y National Geographic Explorer

La veterinaria María Jimémez Naval, procedente de Bogotá pero visitante perenne en la Amazonía colombiana, encontró en los delfines rosados de río su principal motivación para trabajar por su conservación.

«El mensaje que se sembró acá, la oportunidad que tuvimos de que esto fuera en Colombia es gigante. Seguramente, estas conversaciones que se tuvieron en la Zona Verde las están replicando familias en sus mesas, las están replicando con sus familiares. Creo que antes de que pasara esta COP16, nadie sabía que era una COP, o sea por ahí el 80% de la población no sabía. Ahora se sabe que hay reuniones donde se toman decisiones que influyen en la vida de todos. 

»Dependemos completamente de la biodiversidad, de los ecosistemas para nuestra supervivencia, para la producción de oxígeno. Vivir en el trópico es una ventaja, es un regalo gigante de la vida. Entonces cómo poder estar en el segundo país más biodiverso del mundo y no tratar de cuidar eso que tenemos. Ese tesoro tan grande que somos como tal».  

Nidia Sofia Góngora. Foto por Marina Sardiña.

Nidia Sofia Góngora, cantora de música tradicional Pacífica, originaria de Santa Bárbara de Timbiquí, maestra vichera

La maestra Nidia Góngora le canta a la caña, al azúcar, a las mujeres, a la vida, al territorio que la vio crecer a orillas del Pacífico. Defiende la tradición vichera de su madre, de su comunidad, frente al extractivismo. «Vamos a seguir cantándole a la vida, mostrando lo bonito y positivo de nuestro territorio, pero también vamos a seguir denunciando las múltiples violencias que nos aquejan». 

«El viche hace parte de nuestra vida, de nuestro de nuestro legado, de todos esos saberes, de esa memoria ancestral. El viche ha sido un aliado importantísimo en el cuidado de la salud, del cuerpo, de la vida. El viche ha sido la otra mano de las parteras, de los curanderos en pueblos donde no hay presencia de hospitales. El viche ha sido también una bebida espirituosa que ha estado vinculada en cada uno de los escenarios y de los rituales, en todas las celebraciones, cumpliendo un papel muy importante dentro de las actividades culturales, económicas y sociales dentro de nuestro territorio. Fue una bebida estigmatizada, perseguida, hoy se ha demostrado que el viche es un patrimonio no solamente del Pacífico, sino del país. Hoy estamos aquí con toda la decisión de defenderla, así como la defendieron nuestras abuelas. Ahora que estamos aquí en la COP16, precisamente el viche es un negocio verde. Nuestro viche proviene de siempre orgánica, desde la libertad, la colectividad y no desde los monopolios de cañaduzales que, para nosotros, siguen siendo unos escenarios de muerte, de sangre, de esclavización, de sometimiento».  

Elvia Lucía Tapia Zamudio. Foto por Marina Sardiña.
Elvia Lucía Tapia Zamudio. Foto por Marina Sardiña.

Elvia Lucía Tapia Zamudio, Gobernadora Cabildo Quillacinga Inty Wassy, en Villagarzón, Putumayo

Elvia Lucia Tapia muestra en la Zona Verde los siete colores de su comunidad Quillacinga, basados en los pigmentos del arcoíris, impregnados en los tejidos de su ropa. «Esto es nuestra representatividad de nosotros, hijos de la luna y nuestra relación con la naturaleza».

«El mensaje es que espero y aspiro que las entidades, los Gobiernos nacionales e internacionales hayan escuchado nuestro clamor, que es el cuidado del territorio. Nosotras, las comunidades indígenas, no cultivamos para tener riquezas en el bolsillo. No cultivamos para acumular dinero. Las comunidades indígenas cultivamos lo que es necesario para el día a día de nuestra familia. No tumbamos cantidades de árboles para tener riquezas, simplemente cosechamos la chagra, trabajamos la chagra, los alimentos, nuestra medicina tradicional. No queremos dinero ni grandes riquezas, porque la riqueza nuestra está en los territorios: donde hay agua, donde hay vida».

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