Pueblo Nasa – Tierradentro
Yu’ quiere decir «agua» en el idioma nasa yuwe. El agua tiene un significado espiritual muy importante conectado a la Ley de Origen del Pueblo Nasa. Dicen los abuelos y las abuelas que las energías que decidieron ser animales y otros nasas, venimos de ahí. Y que, a grandes caciques, como Juan Tama, los trajo este gran espíritu. Yu’ teje la vida, es fuente de sanación y de conexión, algo que podemos ver en sus remolinos, que simbolizan la espiral del espacio-tiempo, es decir, de la vida, y nuestra relación equilibrada con el universo y la transición de la vida en este espacio que llamamos madre tierra, con otros espacios espirituales.
Sierra Nevada de Gonawindúa
El agua es la fuente de vida.
Los jóvenes indígenas kankuamos tenemos claro que en nuestro origen provenimos de la madre tierra. Debemos cuidar nuestras propias fuentes hídricas, ya que sin ellas no podríamos contar con el privilegio de vivir, sentir y subsistir dentro de nuestro territorio. Se sabe que nosotros los humanos, desde nuestro ciclo o creación, provenimos del agua y logramos ser cuidados por ella durante nueve meses. Por lo tanto, todos los indígenas y no indígenas somos cuidadores y protectores del agua.
Pueblo Tikuna – Amazonas
El agua es la fuente de vida que nos permite sobresaltar sus riquezas y beneficios, la cual podemos disfrutar a través de los peces sanos, cero de contaminación. Para mantener ese tipo de beneficios, el agua dice: «Mantenme limpia y protegida que yo te lo agradeceré a través de las delicias de los peces».
Pueblo Ikú (Arhuaco) – Sierra Nevada de Gonawindúa
Zaku Je, madre agua del origen de los ciclos que gestan la vitalidad de los seres, hoy como mujer ikú comprende que la ley natural ordena un ciclo de cuidado, protección y relacionamiento desde los espacios en los que estás porque entre cada montaña encontramos una hondonada que se convierte en una laguna o un río, un sitio de pagamento que orienta desde lo femenino la manera como debemos relacionarnos para vivir en armonía con cada uno de los seres.
Zaku Je, madre agua, aprender a vivir en armonía y respeto con todos los seres, como lo has enseñado, es respetar la memoria y los saberes que intergeneracionalmente nos han transmitido las abuelas y los abuelos. Ya que respetar la memoria es ser como el río, así intenten cambiar su rumbo, siempre regresa, ya que sabe dónde nació y adónde debe llegar a nutrir otro río o el mar. Tiene una misión que cumplir y un espacio en el que se desarrolla esta misión.
Pueblo Kotiria – Vaupés
Origen de los kótiría máshá.
La gente de agua.
Es un pueblo que tiene su territorio en el medio río-aguas abajo del río Vaupés, hasta más allá de los límites con Brasil. Gran parte del territorio de los kótiría está en el departamento del Vaupés.
La narración inicia de la siguiente manera:
«Koamáskú (el creador), habitaba las riberas de las bocas del gran río Amazonas, lugar en el que se halla pétchótaró (laguna de leche o aguas del origen).
Eran los tiempos en que él comenzó a poblar el mundo que conocemos. Envió poblaciones enteras en dirección a donde sale el sol. Serían los que hoy se conocen como los hermanos menores o blancos. Una de las hermanas, al ver que no dejaba de enviar un sinnúmero de grupos en esa dirección, le pidió que le asignara dos grupos para que se les enviara en dirección a donde se pone el sol.
Koamáskú, en los momentos de la creación, dormía plácidamente en una cama que llevaba como soporte el cuero de la danta. Sus alimentos eran a base de tabaco, kápý (yagé) y una tinaja de barro que contenía una bebida que nunca acababa. Cuando roncaba, este mismo sonido se convertía en el descomunal sonido de rayos y truenos. Todo cuanto se conoce en el mundo de hoy se estaba diseñando, creando y acomodando en ese momento (ríos, montañas, seres, etc.). En eso se le acercó su hijo, Vanarý Kóámaskú (Cubay), y le habló a Koamáskú, quien dormía despreocupado. Lo llamó tres veces para despertarlo y contar con su atención, pero no obtuvo respuesta. En cambio, desde su lecho de sueño, Koamáskú rodó y cayó a un pozo de aguas cristalinas y frescas. Al salir, se secó el cabello con un movimiento, pero seguía en un estado de sueño y de embriaguez por los elementos que usaba y le servían como inspiración para crear todo cuanto existe en el mundo. El padre batió en tres ocasiones el líquido que había en la tinaja para brindarle a su hijo. En tres ocasiones bebió hasta caer en estado de trance y en un sueño de enseñanza el padre le indicó que fuese a un lugar en el que encontraría las matas de ají y de tabaco. Al despertar, Vanarý Kóámaskú (Cubay) le pidió a su esposa que fuese al lugar indicado por su padre en el momento del encuentro ritual. Al llegar al lugar, observó que estaban la mata de ají y de tabaco, pero también pueblos enteros, con quienes iban a poblar todos los territorios bañados por el río Amazonas y sus afluentes.
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