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Tiros a la vista

28 de abril de 2025 - 4:09 pm
A cuatro años del Paro Nacional de 2021, GACETA republica una parte de «Tiros a la vista: traumas oculares en el marco del paro nacional», un informe de Amnistía Internacional, Temblores y el Programa de Acción por la Igualdad y la Inclusión Social de la Universidad de los Andes. Este capítulo, «Los rostros de la represión» aborda los casos de Gareth Sella y Leidy Cadena, víctimas de trauma ocular en el Paro. Durante los tres meses que duró el Paro, Temblores registró más de cinco mil víctimas de violencia policial.
El Monumento a los Héroes, en Bogotá, fue uno de los núcleos de la protesta. Foto: Mauricio Dueñas Castañeda (EFE)
El Monumento a los Héroes, en Bogotá, fue uno de los núcleos de la protesta. Foto: Mauricio Dueñas Castañeda (EFE)

Tiros a la vista

28 de abril de 2025
A cuatro años del Paro Nacional de 2021, GACETA republica una parte de «Tiros a la vista: traumas oculares en el marco del paro nacional», un informe de Amnistía Internacional, Temblores y el Programa de Acción por la Igualdad y la Inclusión Social de la Universidad de los Andes. Este capítulo, «Los rostros de la represión» aborda los casos de Gareth Sella y Leidy Cadena, víctimas de trauma ocular en el Paro. Durante los tres meses que duró el Paro, Temblores registró más de cinco mil víctimas de violencia policial.

La estigmatización de los manifestantes y sus consecuencias: caso de Gareth Sella

Gareth Sella es un joven cineasta de veinticinco años, quien perdió la visión en su ojo izquierdo como consecuencia de un impacto en su rostro de un artefacto que —según su declaración y la de varios testigos—, fue lanzado a corta distancia por un agente del Escuadrón Móvil Antidisturbios. Los hechos ocurrieron en el centro de Bogotá, el 24 de febrero del 2021, en el marco de la Semana Nacional contra la Brutalidad Policial, convocada por organizaciones de víctimas, en la cual decenas de manifestantes pedían la disolución del ESMAD y protestaban contra la represión y la impunidad.

En la denuncia presentada por el Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo (CAJAR), quienes representan el caso de Gareth ante la justicia, se presenta evidencia de la estigmatización previa de la manifestación convocada. De acuerdo a documentos adjuntos en esta denuncia, el 22 de febrero de 2021, el Centro de Análisis Criminal de la Dirección de Investigación Criminal (DIJIN) de la Policía Nacional, emitió una alerta titulada «Convocatoria de movilización social violenta 24 de febrero-24F» y se catalogaba a los grupos convocantes como «radicales», entre ellos el colectivo Escudos Azules.

Gareth hizo parte del colectivo Escudos Azules y es reconocido por su activismo en derechos humanos y su postura crítica de la violencia policial, que transmite a través de su trabajo en la productora La Resistencia Cine. Escudos Azules es un movimiento juvenil que tiene por objetivo garantizar que la protesta social se realice de manera pacífica y en esa medida, actúan como mediadores entre manifestantes y la policía. Este colectivo fue creado por los jóvenes tras la muerte violenta de Dilan Cruz, como consecuencia del impacto de un artefacto lanzado por un agente del ESMAD en manifestaciones de noviembre del 2019. Los integrantes de Escudos Azules acompañan las manifestaciones cubriendo sus rostros y usando escudos para proteger su integridad, pues temen ser estigmatizados y violentados por su pertenencia al colectivo.

Gareth asegura que el día de los hechos sostuvo una conversación previa a las protestas con el comandante de policía, lo cual es una práctica frecuente, que tiene como fin poder ser identificados en su rol de mediación. En estas conversaciones previas, mostraron ante agentes de policía que no llevaban armas ni explosivos y que su intención era con el objetivo de facilitar y ejercer el derecho a la protesta pacífica.

En la entrevista con el equipo de investigación, Gareth relata que la marcha inició en la Universidad Pedagógica, con la intención de llegar a la Plaza de Bolívar. En el camino, Gareth sostuvo un intercambio de palabras con un agente del ESMAD y en su testimonio, asegura que el ataque fue direccionado contra él, pues ya había sido identificado como parte de Escudos Azules:

«Me estaban viendo desde hace rato, yo me volteé y me disparan entonces por eso estoy como seguro y algún día ojalá eso se puede analizar en mi caso jurídicamente, es que estoy seguro es que había como una especie de orden o al menos si bien de pronto no era orden de disparar a los ojos y si había una orden de dañar a la gente de Escudos».

Recuerda que a la altura de la calle 23 entre las carreras Séptima y Novena, los agentes del ESMAD rodearon a un grupo de manifestantes y empezaron a lanzar granadas aturdidoras:

«Estaban explotando aturdidoras (…) porque nos estaban claramente dispersando me fui a voltear a la calle veintitrés y medio giro me dispararon de atrás, es decir había otro bloque de ESMAD formado, nos estaban encerrando. Entonces venía el de adelante que yo estaba viendo de frente y el de atrás y cuando yo me volteo me dispara, me dispara el de atrás así directamente no hay un enfrentamiento, no hay nada yo ni siquiera estaba con escudo así (realiza un gesto como si tuviera un escudo al frente de su cuerpo) lo tenían un lado y yo me estaba preparando para correr por la calle veintitrés para irme porque no había ninguna resistencia ni nada por el estilo (…) no sé si fue una aturdidora, si fue una recalzada o una goma, pero sí sé que es un artefacto del ESMAD porque yo me volteé a mirar y los vi apuntándome».

Gareth fue auxiliado en un primer momento por personal de derechos humanos de la sociedad civil y funcionarios de la Secretaría de Gobierno de Bogotá, quienes pidieron una ambulancia. Pero dado que ésta demoró en llegar, debió tomar un taxi para su traslado al hospital Santa Fe. En la primera consulta médica le informaron que tenía desprendida la retina y el iris y no percibía luz en su ojo izquierdo, razón por la cual debía recibir atención especializada. Al no contar con personal médico especializado en retinología, fue remitido a la Clínica San Ignacio, donde su diagnóstico fue trauma ocular cerrado contundente en ojo izquierdo, desprendimiento de retina, hemorragia vítrea difusa secundaria y herida conjuntival secundaria, por lo cual se le realizó una cirugía el 25 de febrero.

Tras el impacto, Gareth recuerda que, en medio de la angustia, decidió tirar el escudo, quitarse el overol antifluidos y destapar su cara para evitar ser señalado y hostigado por los agentes de policía. Estas acciones fueron tomadas por agentes de la policía como indicio de su participación en actos vandálicos. En declaraciones sobre los hechos, el general de la policía Oscar Gómez sostuvo que: «los tenis que utilizó Gareth en el momento que lo trasladaban al hospital coincidían con una persona que estaba encapuchada, con un overol negro, con un casco (…) nuestros hombres fueron atacados con piedras, no sabemos si como consecuencia de ese lanzamiento de piedras entre ellos mismos, también pudo salir lesionada esta persona (…) no estamos sindicando a Gareth de que hubiese hecho vandalismo, hasta que no tengamos suficiente material probatorio, pues lo diremos».

Estas declaraciones oficiales son una muestra de la intención de estigmatizar la participación de Gareth en las manifestaciones y de desviar la atención hacia el presunto vandalismo. De hecho, la alcaldesa de Bogotá Claudia López reaccionó afirmando, «además de afectarle un ojo, no vamos a permitir que estigmaticen a Gareth por cómo se viste. La investigación lo que debe determinar es quién disparó el artefacto que le afectó su ojo, pese a estar expresamente prohibido por mis instrucciones y protocolos de la Alcaldía».

A pesar de las graves lesiones sufridas, Gareth se muestra tranquilo y asegura que seguirá ejerciendo su derecho a disentir y a exigir la garantía de sus derechos fundamentales. Su activismo ha seguido y afirma que a pesar de las heridas y el daño causado, sus ganas de seguir luchando contra la impunidad son más fuertes. Sus declaraciones públicas son contundentes y reflejan la historia de un joven artista que fue lesionado por agentes del ESMAD, en represalia a su activismo y con la intención de infligirle dolor y callar su voz.

«Fui víctima de brutalidad policial mientras me manifestaba contra la misma. El ESMAD me disparó al ojo, afectando mi visión. Soy un artista que se encuentra en resistencia. Como dice Andrés Caicedo, uno de mis autores favoritos: Ármate de los sueños para no perder la vista. El 24 de febrero de 2021 mientras alzaba mi voz contra la brutalidad policial, el ESMAD me disparó al ojo izquierdo afectando completamente mi visión. Horas después corrieron a venderle una historia falsa a la gente, a desprestigiar mi imagen, a decir que yo era un vándalo, a justificar de alguna manera que tienen el derecho de mutilar a la juventud colombiana. La gente ha despertado. Aunque nos quiten los ojos, vemos sus crímenes de estado. No olvidamos su pasado y el legado de sangre que han dejado tatuado en la historia del país. A eso le temen, a la esperanza que despertamos. Nosotros seguimos luchando hasta el final por un país en el que se respete la vida. Por un país en paz para todos los colombianos. Donde la historia de todos los crímenes de estado no se borre, que haya reparación y no repetición. (…) Donde al salir a las calles, no nos encontremos con sujetos preparados para matar. Yo sigo viendo porque veo desde el corazón, el alma y el amor».

Gareth presentó relato de los hechos ante la Fiscalía General de la Nación el 25 de febrero de 2021 y ese mismo día el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses realizó examen médico-legal y emitió el informe pericial UBUCP-DRB-07088-202145. En el informe pericial se reconoció que la herida sufrida por Gareth requería una incapacidad médica de cincuenta días y estipuló que las lesiones ocasionadas generaron graves daños en el globo ocular izquierdo, lo que podría generar una pérdida de visión en este ojo.

«Nos quitaron un ojo, pero seguimos teniendo nuestra voz»: Leidy Cadena

 El 28 de abril de 2021 iniciaba el Paro Nacional en rechazo a la reforma tributaria propuesta por el gobierno de Iván Duque. Ese día marcó un hito histórico en Colombia, al aglomerar a miles de personas en todo el país, exigiendo sus derechos en medio de la pandemia por COVID-19. Leidy Cadena, estudiante de Ciencia Política, ese día decidió unirse a las manifestaciones en el centro de Bogotá.

Alrededor del mediodía, se dirigió junto con su novio y algunos amigos hacia la Plaza de Bolívar, lugar histórico de concentración de protestas sociales en la capital. Leidy asegura que ese día buscaba realizar fotografías de las manifestaciones convocadas. Sin embargo, no logró llegar allí, pues por el camino se percató que el paso estaba bloqueado.

«Entonces decidimos que eso estaba muy feo, que nos fuéramos de ahí. Tratamos de irnos, llegamos a la 26 con Séptima y ahí nos quedamos un rato porque nuestros amigos se dispersaron. (…) nos quedamos ahí llamándolos y esperándolos (…) cuando ellos llegaron les preguntamos a los agentes del ESMAD si podíamos dar la vuelta y llegar hasta el parqueadero para recoger nuestras bicis. Y ellos nos dicen que no (…) que es peligroso, que intentemos mejor dar la vuelta, entonces nos vamos caminando hacia el Museo Nacional (…) nos damos cuenta que hay otra manifestación, que los agentes del ESMAD están parados ahí sobre la Séptima, dispersando la marcha (…) Uno de los amigos de mi novio se va a la esquina, para ver si podíamos subir, pero uno de los agentes del ESMAD le empieza a decir que se vaya de ahí. Es muy grosero (…) El agente que le había gritado y otros dos se acerca con la intención de golpearlo (…) Yo estoy unos metros atrás, simplemente grité “ya vámonos” y acto seguido siento mi rostro súper caliente. No veo por ninguno de mis dos ojos, estoy muy angustiada».

El cuerpo de verificación digital de Amnistía Internacional pudo verificar un video posterior a los hechos, en el que se ve claramente a Leidy y a sus acompañantes rodeándola después del impacto. Frente a ellos se ven cinco agentes del ESMAD con escudos y dos de ellos portan su equipo antimotín en sus manos, con armas mecánicas de tipo cinético. El novio de Leidy le reprocha directamente a un agente por lo sucedido y al parecer en ese momento pudo tomar el número de la placa de identificación. Leidy se tapa el ojo sangrante en señal de dolor.

Luego del impacto pidieron auxilio, pero los agentes de policía no la ayudaron. Tuvieron que caminar un largo rato hasta encontrar una ambulancia. Dentro de la ambulancia sintió gases lacrimógenos y el conductor tuvo que parar pues tuvo problemas para respirar.

Ella asegura que no se trató de un hecho fortuito. De hecho, considera que fue un ataque direccionado contra ella únicamente, pues los demás salieron ilesos. Resalta que desde el inicio de las manifestaciones se percató de varias agresiones hacia mujeres y por eso, asocia sus heridas con un ataque infligido en razón de su género.

El informe pericial llevado a cabo por el Instituto Nacional de Medicina Legal el 30 de abril de 2021, dictaminó que se trató de «un trauma en el ojo derecho, con hemorragia vítrea, edema estromal generalizado y definió una incapacidad de cincuenta y cinco días, con secuelas médico-legales a determinar». Este dictamen inicial se confirmó en octubre de 2021, con el informe pericial de seguimiento que estableció que Leidy padeció una lesión contundente que tiene como consecuencia una «deformidad física que afecta el rostro de carácter permanente y perturbación funcional de órgano de la visión de carácter permanente».

En su relato, Leidy asegura que continuará ejerciendo su derecho a la protesta: «Perdí mi ojo pero les juro que siento que tengo diez mil allá afuera, sigan en pie de lucha que esto no acaba acá (…) me parece muy bonito poder decirle a la gente que sí se puede, que sí podemos salir de estas cosas y que, aunque es muy triste y doloroso, tenemos que seguir adelante y demostrarle al país que nosotros seguimos aquí en pie de lucha».

Afirma que continuará protestando pacíficamente por sus derechos y que el daño causado a su integridad no la limitará. «Pues no me voy a quedar en la casa y no me quedaré en la casa y vuelvo a marchar (…) en las manifestaciones yo voy y los policías me miran y dicen “no aprende”. Yo pienso “yo elegí venir, ustedes son los que no aprenden” (…) Yo creo que a ellos les dan un arma y les dicen que no es letal. Pero siento que ellos sí tienen en su radar las consecuencias si le disparan a alguien en el ojo. Es realmente mínimo pero sí la posibilidad que lo deje ciego es alta, yo sí creo que lo hacen con intención».

Si bien Leidy asegura que adquirió una discapacidad al perder totalmente la visión de su ojo derecho. Afirma que a pesar de que en Colombia las personas con discapacidad tienen menos oportunidades, quiere seguir llevando su vida cotidiana de manera tranquila. Algunas actividades cotidianas como montar en bicicleta se le dificultan actualmente y es allí cuando es consciente de las barreras que debe enfrentar a diario.

La Fiscalía General de la Nación emitió el 29 de septiembre de 2021 una orden a la Policía Judicial para realizar entrevista a Leidy, así como la realización de cotejo dactiloscópico y verificación plena identidad del agente Danilo José Núñez Zabaleta a fin de formular imputación en su contra. Leidy asegura que ha tenido que dar entrevista sobre lo ocurrido, en por lo menos diez ocasiones y que esto la ha revictimizado. Además, luego de iniciar las denuncias y de identificar plenamente al agente del ESMAD con placa 030731, ha recibido amenazas por redes sociales y el 16 de octubre fue víctima de un ataque con pólvora debajo de su puerta, razón por la cual teme por su vida y su integridad, y la de su familia y novio. Por este motivo, ella, su madre y su pareja se vieron obligados a dejar Colombia.

Puedes leer Tiros a la vista acá.

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